El Padre Pío y la Misericordia Divina
Dios es amor; Dios es un Padre bueno y misericordioso,
lento a la cólera y pronto al perdón.
>Dios nos ama –decía el
padre Pío- y una de las pruebas que nos ama es el hecho de que nos tolera en el
momento mismo en que lo ofendemos. Dios es Padre de todos; pero lo es, de modo
especialísimo, para los desgraciados y de modo todavía más singular lo es para
ti<
El padre Pío escribía a su
director espiritual: >Me siento devorado por el amor de Dios. Dios está,
para mí, fijo en mi mente e impreso en mi corazón. Nunca lo pierdo de vista;
admiro su belleza, sus sonrisas, sus misericordias<.
El principal atributo de Dios
es la misericordia que perdona y remedia los pecados de sus creaturas. Él es
rico en misericordia. Su misericordia brota de su amor desinteresado y gratuito
hacia los que no son amables ni merecen ser amados.
>Siento cada vez la
imperiosa necesidad –decía el Santo- de entregarme con más confianza a la
misericordia divina y de poner sólo en Dios toda mi esperanza<. Y repetía:
>Yo no deseo otra cosa que morir o amar a Dios: o la muerte o el amor, pues
la vida sin este amor es peor que la muerte<.
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